En sueños de papel trizado
a veces
el vaso roto se apega
a la copa de humo lleno.
Platón fuma con Sócrates
la belleza que en nuestros siglos se destruye
en el claroscuro de esta nueva Grecia.
La semilla del amor,
que hoy nos seduce
como colas de zorro en plena temporada,
nos reune en la misma liturgia
donde se emboscaron cuerpo y alma
hasta invocar al tercer balcón
de nuestros ojos.
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